lunes, 24 de mayo de 2010

La sociedad política mapuche

Los mapuches tienen derechos políticos en su calidad de chilenos, pero no en su calidad de mapuches. Este es el meollo de la cuestión indígena hoy día en Chile. Es por esa razón que parece más necesario que nunca que se establezca un profundo diálogo entre el Estado, la sociedad chilena y la sociedad mapuche. No existe otro camino para resolver este asunto: dialogar, discutir, y sobre todo escuchar las opiniones de los otros. Voces que no siempre escuchamos los chilenos, acostumbrados más bien a escucharnos a nosotros mismos y a opinar acerca de los otros de acuerdo a nuestros propios intereses.
Lo que ha ocurrido en estos últimos años, y que molesta a muchos, es que los mapuches han hablado y a veces fuerte. Algunos quisieran volver al pasado en que el indígena silencioso pasaba inadvertido. "Mapuchitos" le decían en el sur de Chile, con un indisimulado desprecio. Al comenzar el siglo XX no se debe, ni se puede, ni queremos, volver a esos tiempos de silencio forzado.
¿Con quién se dialoga? ¿Quiénes dialogan? No se dialoga buscando a las personas que van a decir lo que nosotros queremos oír. Tampoco se dialoga haciendo encuestas o preguntándole a diferentes personas acerca de cuáles son sus problemas. La sociedad mapuche tiene intelectuales, políticos, líderes, jefes tradicionales, organizaciones, asociaciones, en fin, tiene una "sociedad política". Ellos discuten cotidianamente acerca de su futuro, de cómo reproducir su cultura, de la manera de insertarse en la sociedad chilena de modo justo, equilibrado, con respeto por lo que han sido, son y deben ser. Por cierto, al igual que cualquier sociedad, no todos opinan de la misma forma. Hay tendencias, opiniones y grupos diferentes. Y eso es legítimo. Quizá el mayor desafío, tanto del Estado como de los mapuches, es cómo restablecer un diálogo serio, respetuoso, legitimado, informado, que posibilite avanzar hacia nuevas formas de relación, diferentes a las que tradicionalmente se han dado en Chile.
Si se piensa bien un momento, estaremos de acuerdo que los mapuches no tienen representación política reconocida y validada en el país. Prácticamente todos los sectores la tienen: empresarios, funcionarios públicos, estudiantes, etc. Muchas de esas representaciones cuentan con el apoyo del Estado, con legislaciones y recursos. Esa representación se logrará en la medida que la sociedad chilena reconozca el derecho de los mapuches a expresarse en su diferencia. Por ejemplo, las estructuras políticas, judiciales, educacionales y de cualquier tipo en el sur del país no difieren de las del resto del territorio. No sería hora, nos preguntamos, de pensar que es preciso reconocer su especificidad, su particularidad y modificar profundamente las estructuras institucionales que los afectan. Existen muchos países del mundo en que las minorías tienen sus propios reglamentos, legislaciones y deciden por sí mismos la manera de construir su futuro. Tienen, como es evidente, ámbitos de representación, parlamentos o como se les denomine, donde se expresan las diversas posiciones y visiones. Los chilenos las tenemos, los mapuches no la tienen. No hay espacio en el sistema político para que se exprese esa realidad social.
El asunto de las tierras indígenas es quizá el tema más complejo en la actualidad. El gobierno ha prometido una gran cantidad de hectáreas. ¿Cómo establecer un sistema de entrega de tierras que dependa de los propios intereses y lógicas indígenas y no de tratativas puntuales y a veces contradictorias, o de decisiones tomadas con criterios técnicos ajenos a los de los propios mapuches? Se podría pensar que la restitución de tierras no debiera depender de la lógica del Estado, sino de la lógica de la sociedad indígena que lucha por un futuro de dignidad. La devolución de tierras y la ampliación a nuevos recursos, sólo podría ser coherente en un marco de amplia participación, en que los propios dirigentes mapuches tuvieran capacidad de decisión, de ponerse de acuerdo, de inscribir el programa de tierras en un proyecto más amplio de desarrollo económico y social de su pueblo. Si no se da en ese marco, la entrega de tierras no resolverá prácticamente nada y la demanda continuará creciente e irracionalmente, en una competencia sin tregua entre las comunidades, de acuerdo a quién pide más.
La violencia no conduce a nada bueno. No es ni para unos ni para otros algo positivo. Con la violencia, tal como se ve hoy día en el mundo, todos pierden, todos perdemos. Siendo casos puntuales, hoy día, muchas veces vemos que se transforman en la única dimensión con que se analiza la cuestión indígena. Sería un error muy grave que nos dejáramos cegar por el conflicto y viéramos la cuestión mapuche sólo bajo ese prisma. La violencia siempre es expresión de otra cosa, de causas profundas, y debemos ser cuidadosos en su análisis.
El Estado y la sociedad chilena deberían estar dispuestos a avanzar en el reconocimiento de los derechos específicos del pueblo mapuche. Son los derechos conocidos internacionalmente como "derechos indígenas". Deberían estar disponibles los próximos parlamentarios a debatir nuevas formas de representación de ese pueblo en el seno de la sociedad chilena. No es el caso dar recetas. Existe en el mundo muchos modelos y soluciones y hay que ser creativos e imaginativos. Lo que es claro es que no se resolverán los problemas mapuches si se reduce exclusivamente el tema a un asunto de pobreza, a un asunto de campesinos pobres, a un asunto de desarrollo agrícola. Hay un problema mayor de dignidad, reconocimiento de su existencia como pueblo, derecho colectivo a expresarse y decidir sobre su futuro. La pobreza es generalmente consecuencia de esos fenómenos. La pobreza se superará cuando no exista ni discriminación, ni ausencia de derechos. Se trata de una antigua contradicción existente en nuestra sociedad y le corresponde a nuestra generación de no mapuches y mapuches, poner todo de sí, la imaginación, el corazón y la inteligencia en lograr una relación exenta de racismo, prejuicios y violencia.

Puel Mapu

El Puel Mapu ("territorio oriental"), parte de la Argentina, habitado por los puelches (en sentido posicional, no histórico), se extiende entre los ríos Cuarto y Diamante, por el Norte, hasta los ríos Limay y Negro por el Sur, siendo su límite Este el río Salado de Buenos Aires (o hacia 1750 la línea de los fortines y pueblos de San Nicolás de los Arroyos, San Antonio de Areco, Luján y Merlo) y el Ka Füta Lafken y el Oeste la Cordillera de los Andes.
Estas dos partes se subdividen en espacios territoriales denominados Fütanmapu, relacionados hasta cierto punto con los butalmapus de la Guerra de Arauco. El Puel Mapu se divide entre los siguientes butanmapus:
Mamüll Mapu (tierra de los montes): habitado por los mamulches o gente de los palizales o bosques de caldenes y algarrobos, corresponde al actual suroeste de la provincia de Córdoba, sureste de la provincia de San Luis y el centro noroccidental de la provincia de la Pampa. Sus habitantes se diluyeron con los ranqueles a principios del siglo XIX bajo el liderazgo de Carripilún.
Rangkül Mapu (tierra de los cañaverales): habitado por los ranqueles, gente de los carrizales o cañaverales al este de los mamulches. Desde principios del siglo XIX absorbieron a los mamulches, chadiches y otros pueblos y su territorio se amplió desde el oeste de Buenos Aires, sur de Santa Fe, sur de Córdoba, sur de San Luis, sureste de Mendoza, toda La Pampa y norte de Río Negro.
Chadi Mapu (tierra de los salares): habitado por la gente de la tierra de la sal o salineros, también llamados chadiches, en torno a la Laguna Urre Lauquen en la zona deprimida del sur de la provincia de La Pampa, sus habitantes se diluyeron con los demás.
Puel Willi Mapu (tierra del sureste): habitado por la gente del sudeste, los manzaneros o puelches. Corresponde a los territorios del oeste del Chubut y sur de Río Negro en donde se mixogenizaron mapuche, pehuenches y tehuelches.
Entre todos que hablaban mapudungun y que vivían en las Pampas se sumaban hasta 150.000 personas antes de su sometimiento por las tropas argentinas.
Boroa (lugar donde hay huesos): cruzarón de la Araucanía a la Pampa hacía 1820, eran unas 40.000 personas.
Nota: Los mapuche nunca fueron una Nación unida, sino más bien una serie de tribus que hablaban un idioma común. El concepto de Nación empezó a surgir hacía fines del siglo XIX durante el proceso de conquista por los gobiernos chileno y argentino.

Subdivisiones territoriales y etnias aculturadas por los mapuche


Los mapuche se dividían en diferentes grupos según el territorio que ocupaban: Los mapuches se dividían en diferentes grupos según el territorio que ocupaban:
Picunches (gente del norte). Estaban ubicados en el Pikunmapu entre los ríos Choapa e Itata. Desde el río Choapa hasta el río Maipo este grupo estuvo integrado en un momento de su historia al Imperio Inca.
Mapuche o araucanos propiamente tales según las crónicas de los realistas, protagonistas de la Guerra de Arauco. Otras fuentes los habrían designado también moluche o ngoluche (gente del oeste).
Huilliches (gente del sur). Entre el río Toltén y el canal de Chacao.
Cuncos. En el norte y este de Chiloé y en zonas aledañas del continente, muy semejantes a los huilliches.
Pehuenches, Ya en el siglo XVI este pueblo mapuche ocupaba las regiones montañosas a ambos lados de los Andes, a partir de ellos otros pueblos mapuche iniciaron laexpansión mapuche mediante su avance a las Pampas y la Patagonia aculturizando a sus habitantes. Hacía fines del siglo XIX la región estaba poblada solo por tribus de cultura mapuche.
En el siglo XVII cuando la Guerra de Arauco se fue haciendo menos intensa el comercio entre mapuche y criollos aumento, los indígenas empezaron a criar ovejas y vacas que consiguieron en malones, lo mismo paso con el contacto con los pueblos de las pampas con los que comerciaban ganado y mercancías (principalmente la sal). El cruce de los pueblos mapuche a las pampas se intensificó a partir del siglo XVIII por las victorias sobre los tehuelches.
El contacto con los españoles fue el principal desencadenante de este proceso, los europeos ejercieron presión demografica sobre los mapuche que buscaron otro territorio para exportar la población sobrante. Fue el comercio con los criollos lo que motivo la conquista de otros pueblos para controlar las rutas comerciales. El ganado robado y la sal extraída en la pampa se vendían a los criollos de Chile y Buenos Aires, esto se logró gracias a otro aporte español, la introducción del caballo. Con el caballo los mapuche podían cruzar la pampa arriando ganado en relativamente poco tiempo; mientras que con el nuevo modo de vida ganadero los pueblos de las pampas también cambiaron su modo de vida, la población aumento lo que motivo los conflictos por los recursos entre las tribus rivales. Esto facilitó la conquista y posterior aculturización por los mapuche. A partir del siglo XVI gracias al caballo los tehuelches iniciaron su expansión desde el sur extendiendo su cultura a toda la pampa hacia inicios del 1600, a mediados del siglo XVIII, sin embargo, ese proceso fue detenido por la llegada de los mapuche.La araucanización se caracterizo por la asimilación y mestizaje del pueblo conquistado y los araucanos de manera gradual, a través de varias generaciones. Hacia 1820 se produjo la mayor migración de mapuche a territorio argentino cuando cerca de 40.000 borogas cruzaron los Andes, producto de la Guerra a muerte entre realistas y patriotas en el sur de Chile.
Principales pueblos araucanizados:
Poyas (Incluyendo a los vuriloches), luego "poyuche" habitaban y sus descendientes habitan, principalmente en las zonas montañosas del sur de la provincia del Neuquén y noroeste de la provincia de Río Negro.
Huarpes que vivían en el Cuyo.
Puelche (En mapundugún: "Gente del este"), nombre que los mapuche daban a los het y a los tsonek "(patagones)" septentrionales, llamados en su propio idioma: genanken o gununakena.
Ranqueles (rangkülche: gente de las cañas), población mixogénica con orígenes het, pehuenches e incluso "huincas" (caucásicos) principalmente a través de las cautivas tras los malones y en menor grado por hombres de con orígenes caucásicos (como los hermanos Pincheira, o como el coronel Baigorria). Los ranqueles, sobre todo en tiempos de Calfucurá fueron los principales protagonistas de las "Guerras contra el huinca" entre 1580 y 1880 en el actual territorio argentino.
Chonos. Al sur de Chiloé, fueron conquistados por los mapuche y se mestizaron con ellos.
Los mapuche llamaron a todos los tsonek (o según los españoles "patagones") con el nombre de chehuelche o tehuelche, palabra que se traduce por "gente bravía" debido a la resistencia que opusieron a la expansión mapuche al este de los Andes (Pire Mahuida -Montaña Nevada- en mapundungun). También les llamaron "auca" (rebelde, indómito; es decir, llamaron a los tsonek con el mismo apodo que antes parecen haber recibido los mapuche de los quechuas. Muchos autores incluyen a los tsonek como una parcialidad mapuche, pero otros[¿quién?] consideran que las diferencias culturales (por empezar las idiomáticas) entre tsonek eran bastante importantes, del mismo modo, lo cierto es que la relación entre tsonek y mapuche fue constantemente belicosa (los tsonek septentrionales, superados en número y tácticas de combate, o debieron replegarse al sur ante la invasión mapuche al Comahue y región pampeana o quedaron aculturados); los tsonek hacia 1870 libraban feroces combates contra los mapuche en las proximidades del río Chubut, zona que fue el límite meridional de la expansión mapuche.
En el siglo XXI, las subdivisiones son ligeramente distintas. Los nombres están dados casi siempre desde el punto de vista de los mapuche de la IX Región chilena, principalmente de Cautín:
En la Argentina, el término mapuche es de uso general, con ocasionales distinciones entre las parcialidades.
No existen miembros del pueblo picunche, porque fueron completamente aculturados durante la Colonia (forman en gran medida uno de los substratos originarios de la población criolla de Chile), pero los mapuche usan el término es su significado literal, para referirse a una comunidad que habita más al norte que el hablante.
Huilliches en las provincias de Osorno y Chiloé. Los huilliches de Chiloé prefieren llamarse veliches a sí mismos y a su lengua.
En las provincias de Malleco y Cautín se usan los nombres nagche (gente de abajo) para los habitantes de la Depresión Intermedia y wenteche (gente de arriba) para quienes habitan en la Precordillera andina, pero estas denominaciones tienen una connotación territorial más que cultural.

Composición, ubicación y distribución

En Chile

Según el Censo de Chile de 2002, existen 604.349 mapuches, aproximadamente un 4% de la población total. Representan el 87,3% de la población indígena. Viven principalmente en la IX Región y en la Región Metropolitana de Santiago y también en habitan en la Región de Los Lagos, de Los Ríos y del Biobío.
El Censo 1992 había registrado 932.000 mapuches (esto entre personas mayores de 14 años, si se incluían a los menores de esa edad se calculaban en 1.281.651 personas). Esta gran reducción de un 30% de la población mapuche en una década se ha intentado explicar con diversos argumentos, desde aquellos que sostienen que se trata de un genocidio estadístico,11 aquellos que sostienen que se trata de un genocidio burocrático con el fin de deslegitimar las peticiones indígenas, hasta aquellos que sostienen que la diferencia se debe al cambio de las preguntas del censo, sin consecuencias socio-políticas. La población mapuche estimada actualmente en Chile según varias ONGs eran entre 800.000 a 1.400.000 de personas (dependiendo si se incluyen o no a quienes no conservan su cultura ni reconocen su herencia). Así por ejemplo la encuesta CASEN contabilizo a 925.005 mapuche en 2006 el bayron.

En Argentina

A partir de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005 llevada cabo por el estado argentino a través del Instituto Nacional de Estadística y Censos se calculó que casi 105.000 personas son las pertenecientes o descendientes en primera generación del pueblo mapuche. La gran mayoría —el 73%— vive en las provincias de Chubut, Neuquén, Río Negro.
Durante la preparación del Censo argentino 2001 representantes del pueblo mapuche realizaron críticas sobre su diseño y realización por no garantizar una participación adecuada de los pueblos originarios, reproducir el estereotipo prejuicioso de "el indígena", subestimar la migración mapuche hacia las ciudades y apoyarse en funcionarios que incumplían los compromisos jurídicos y políticos.15 La Comisión de Juristas Indígenas en Argentina (CJIA) presentó un recurso de amparo en el que solicitaba la postergación del Censo 2001, alegando que no habían tenido participación en las condiciones establecidas por el Convenio 169 de OIT y el artículo 75, inciso 17, de la Constitución Nacional. La controversia llegó a desencadenar una toma de las instalaciones del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), por parte de representantes de las los pueblos originarios. Al realizarse el Censo 2001, en algunas provincias hubo participación directa de censistas y capacitadores indígenas. Sin embargo muchos niegan su validez. Contrariando las cifras del INDEC, una publicación oficial del gobierno argentino informa que existen 200.000 miembros mapuche viviendo en su territorio. Otras fuentes no oficiales hablan de 90.000 y 200.000. La propia comunidad mapuche difiere mucho del censo realizado por el INDEC y estima que la población mapuche en Argentina es de 500.000 personas. Las cifras más altas van de 1.011.60020 a 4.000.000 de mapuche argentinos. La crítica mapuche sobre la metodología censal fue similar a la que se realizó contra el gobierno chileno.22
Existe una comunidad mapuche semiaculturada descendiente del boroano Ignacio Coliqueo, dentro de la Provincia de Buenos Aires en el Partido de General Viamonte (Los Toldos) y en el partido de Rojas, a 280 y 220 km al oeste de Buenos Aires23 respectivamente. Ya no practican la Rogativa y sólo algunos hablan mapudungun, sin embargo, han comenzado un proceso de recuperación de sus raíces mapuche y una de las tres escuelas primarias de la comunidad enseña el idioma mapuche.
La Confederación Mapuche Neuquina, creada en 1970, agrupa a las comunidades rurales mapuche de la Provincia del Neuquén, sus autoridades son electas en un "trahun" (parlamento) cada dos años.
Particularmente importante es su presencia en el Parque Nacional Lanín, donde habitan entre 2.500 y 3.000 mapuche en 7 comunidades, en territorios que ellos consideran como propios,(Aigo, Lefimán, Ñorquinko, Cañicul, Raquithue, Curruhuinca y Cayún) ocupando unas 24.000 ha.
Lista de comunidades rurales mapuche neuquinas existentes hacia 2003:29 (véase un mapa de las Comunidades del Neuquén)
Departamento Aluminé: Aigo, Currumil, Ñorquinko, Salazar, Puel, Tayiñ Rakizuam (*), Placido Puel (*), Lefiman (*), Catalán.
Departamento Catán Lil: Cayulef, Rams, Zúñiga, Cayupán, Paineo, Filipin.
Departamento Collón Curá: Namuncurá, Ancatruz.
Departamento Confluencia: Ragiñ Ko, Purrán (*), Paynemil, Kaxipayiñ.
Departamento Huiliches: Chiuquilihuin, Linares, Painefilu, Atreuco, Cañicul, Raquithue.
Departamento Lácar: Curruhuinca, Cayún, Vera.
Departamento Loncopué: Millaín, Kilapi, Mellao Morales.
Departamento Minas: Antiñir Pilquiñan.
Departamento Ñorquín: Manqui, Maripil (*), Colipilli.
Departamento Picún Leufú: Marifil
Departamento Picunches: Cheuquel, Milaqueo.
Departamento Zapala: Zapata, Gramajo, Kalfucurá, Antipan, Gelay Ko (*), Wiñoy Folil (*), Quinchao.
(*) comunidades de constitución reciente.
En la Provincia de Río Negro las comunidades mapuche se agrupan en la Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche de Río Negro, existiendo a fines de 2002 las siguientes comunidades rurales y urbanas: Cañumil; Anekon Grande; Cerro Bandera (Quimey Piuke Mapuche); Quiñe Lemu (Los Repollos); Wri Trai; Tripay Antu; Ranquehue; Monguel Mamuell; Pehuenche (Arroyo Los Berros); Makunchao; Centro Mapuche Bariloche; Trenque Tuaiñ; San Antonio; Los Menucos; Putren Tuli Mahuida; Ngpun Kurrha; Peñi Mapu; Cerro Mesa-Anekon Chico; Lof Antual; Wefu Wechu (Cerro Alto); Cañadon Chileno; Lof Painefil; Cai – Viedma; Fiske Menuco; Kume Mapu; Aguada de Guerra; Tekel Mapu; Carri Lafquen Chico Maquinchao; Laguna Blanca; Rio Chico; Yuquiche; Sierra Colorada.

Origen y Migración

El origen de los mapuche no se conoce con mucha certeza; pero por mucho tiempo la teoría más conocida fue la postulada por Ricardo E. Latcham, quien afirmaba que los mapuche habrían sido originarios del actual territorio argentino y que a través de un largo proceso de migración, se habrían introducido como un grupo étnico y cultural foráneo entre los picunche y los huilliche, instalándose definitivamente entre los ríos Bío-Bío y Toltén. Sin embargo, aunque hasta hace pocos años la antigua teoría de Latcham parecía no merecer objeciones, hoy nuevamente está siendo objeto de revisiones y discusiones; razón por la cual actualmente los historiadores y arqueólogos aún no han llegado a un consenso sobre este tema.
Artículo principal: Expansión mapuche
Sobre su más reciente presencia en territorio argentino, sí se sabe con más seguridad que, posteriormente, debido a la presión ejercida por los españoles, y en un largo proceso de migración a través los pasos de la cordillera de los Andes y de transmisión cultural, entre los siglos XVII y XIX colonizaron los territorios ubicados al este de la Cordillera:9 el Comahue, gran parte de la región pampeana, y el norte de la Patagonia oriental, tierras hasta entonces ocupadas por diversos pueblos no mapuche. De tal modo fueron mapuchizados (y no necesariamente siempre en forma pacífica) los "pehuenches antiguos" y las parcialidades septentrionales de los tehuelches.

Etimología


El nombre mapuche o mapunche significa "gente de la tierra" en su lengua, con alusión a las personas que reconocen su pertenencia e integración a un territorio. En algunas zonas, se usan ambos términos con leves diferencias de significado. Hasta el siglo XVIII, también habría existído entre los integrantes de esta etnia la autodenominación reche (verdadero hombre).
El nombre "araucano" deriva de Arauco, el nombre que para los españoles tenía la tierra que habitaban, cuya etimología es incierta.5 Se ha postulado que "Arauco" podría derivar de una castellanización de la palabra mapuche Ragko, "agua gredosa", que los conquistadores habrían usado para los habitantes de un sitio llamado así y que luego se habría extendido a todos los restantes pueblos del área.; otra teoría es que procede de la la palabra quechua awqa, "salvaje" o "rebelde", "enemigo" o de palqu, "silvestre"[cita requerida] y les habría sido dado por los incas o por los españoles, y según los cronistas, los incas ya habían denominado como purumauca a la población que habitaba el sur del río Cachapoal; y los españoles sólo adoptaron la denominación auca para referirse a ella.
Los mapuche rechazan el uso del nombre araucano, porque les fue otorgado por sus enemigos. La palabra awka fue adoptada por los mapuche con el significado de "indómito", "salvaje" o "bravo" y ellos mismos también la habrían aplicado posteriormente a los tehuelches.